Malditos humanos, siempre tan inconformistas, queriendo más de lo que tienen, deseando miles de cosas tan innecesarios.
Hablan de amor sin haber nunca amado. Se asustan deseando lo indeseable. Temen quedarse solos y a la vez se asfixian con alguien a su lado.
Malditos humanos exigentes, ya no solo con ellos mismos, si no con quien quieren tener a lado. Buscan la perfección cuando lo único verdadero y hermoso que tienen es la imperfección en su máxima naturalidad.