Imaginemos por un momento que no existe el tiempo
para que nuestros besos puedan durar una eternidad;
fácil es suponer que nadie puede lidiar con lo nuestro
pues difícil tarea tendrían si me quieren de ti apartar.
Supongamos que el cielo tiene cierta envidia por ello
y la luna con su testimonio fiel nos terminará de casar;
te quiero porque me ha costado un mundo tener esto,
me amas desde aquel día en que por vos puedo soñar.
Enfrentemos el amor nos ha bendecido con alto sello,
un valor que mi corazón esta dispuesto feliz preservar;
ahora que se que has convertido en realidad mi sueño
tengo todo lo que necesito por la gracia de tu felicidad.