Hay gente que nació para morir, para terminar con la cabeza impactada en la vereda por la fuerza de un edificio. O quizá acabar con todo con un hueco en el pecho de camino al corazón. Hay tipos de gente, y tengo miedo. Que pasa conmigo cuando la tarde se desprende de algún lugar del firmamento. A donde vuela mi alma cuando el frio se entra en las paredes y luchan con las colchas. Qué hay del mar azul, que hubo con sus cardúmenes, con sus tiburones o sus monstros infernales, donde se van cuando el cielo canta con un brillo ansioso. Qué hay de los moribundos, de los borrachos sedientos de alcohol, donde acabaron ellos, porque existen si la vida la hizo dios por nosotros, porque tuvo que terminar así. Porque en la mirada de un hombre hay violencia y no amistad. Que hay con la madre orgullosa de su hijo, que hay con el hijo agradecido, donde se escondió él, que hay de él cuando el padre llora sin saber. Que hay conmigo, contigo o con alguien, que hubo con los amigos preocupados y sus anécdotas. Donde se escondieron, tal vez en un vaso helado de cerveza. Donde esta dios, si el creo todo esto, ahora se limpio las manos creando el infierno. Si tengo valor para arremeter contra él soy un pecador, que injusto que es, la divinidad es una dictadura. Donde se escondió el hacer el amor, quizá en un cuartucho desordenado con putas y luego lágrimas y una enfermedad torturándote el arrepentimiento. No hay amor, ahora buscas lo que sea, hasta un poco de cariño en un cuerpo equivocado, te escudas en su cariño para quererte. Existen mundos, ciudades, civilizaciones perdidas en nosotros. Existen hasta fantasmas en la realidad, pero no existe realidad. Todo se volvió y se está volviendo más en una triste historia donde la nada esconde el todo.