Es la vida una canción de amor, en sí mísma.
Es el amor tu cuerpo y mi cuerpo.
Es mi cuerpo el que yace junto a tí, amor.
El que en tí penetra y te perfora,
y te da la vida y te la quita.
Egoísta y poderoso soy, este es mi defecto.
Mi poder erecto permanece y tú,
lo añoras, nostalgia de mí sientes.
¡Es mi poder y de ello me aprovecho!
¡Lo siento amor!
No desesperes, sabes que digno soy
y llenaré tu copa de sabroso néctar.
Colmaré tus mares tormentosos,
de truenos y relámpagos.
Y la paz en el descanso,
relajará tu alma.
Y como una flor,
nacerá en tu cara una sonrisa.
3-2-2011
Isidoro Pavón Mariblanca