DESCANSA CONCIENCIA
Descansa conciencia, reposa tranquila,
Déjame disfrutar la dulce calma,
Permite que cicatricen mis heridas,
Profundos surcos que desangran mi alma
Por batallar, llevado de tu mano,
En combates perdidos de antemano.
Déjame descansar de esta zozobra
Que cada día sufre mi intelecto,
De inquietudes, de dudas y de sombras
En este pelear por obrar recto,
Por no ser insensible al sufrimiento,
Por seguir reforzando mis cimientos.
Permíteme que goce mi descanso,
Reviviendo mis más dulces recuerdos,
Sumergiendo mi alma en un remanso
Para sentirme nuevamente cuerdo,
Que la locura ronda mis dominios
Cuando veo sufrir a tantos niños.
Mas, no permitas, a pesar de todo,
Que me convierta inmune a la tragedia,
No dejes que me ensucien esos lodos
De pereza, de desidia, de comedia,
Dame tú la fuerza y la energía
Para escucharte y obrar con valentía.
Te quiero cerca, te quiero de mi lado
Como firme notario de mis actos.
Y quiero, en decisiones de calado,
Que pongas en el fiel el peso exacto,
Pero ahora déjame tranquilo
Que mi cordura permanece en vilo.
Y mañana, después de este letargo,
Vuelve a dirigir mis pensamientos,
Para entonces este sabor amargo
Que me produce tanto sufrimiento,
Quizá se haya convertido en garantía
Para afrontar de nuevo el día a día.
Y, si al volver me notas indeciso,
Trabaja a fondo, remueve mis entrañas,
Desde ahora te doy yo mi permiso
Para barrer de mi alma telarañas.
Que nada enturbie nuestras relaciones,
Continúa orientando mis acciones.
Y, a cambio, yo te prometo pleitesía,
Lealtad, fe en tí, confianza ciega,
Acatar tu mandato cada día,
Tenerte al lado en todas mis refriegas.
Mas, si yo no te escucho, estate alerta,
Quizá mi alma murió en plena reyerta.
7 de Enero de 2016
Jose Cruz Sainz Alvarez