Tu piel.
Cada centímetro
De tu piel.
Descansando sobre mí
Retrocede el reloj
De la ansiedad,
Hace vibrar
Cada molécula
De esta habitación.
Tu respiración.
Cada segundo,
De tu respiración.
Puede resucitar
Las células muertas
De este contenedor,
Escondite de mi espíritu
Hogar de mi alma.
Sin tu respiración
Pueden las sombras
Apartarme del redil
Y robarme las fuerzas
Que me atraen a ti.
Tus manos.
Sentir el calor,
De tus manos.
Es devolverme la vida
A mitad del túnel,
Sentir en mi espalda
El aura de tus dedos
Cuando me crees dormido
Me alimenta a seguir
Luchando,
Por los dos.
Tu pelo.
Es un conductor de emociones,
Tu suave pelo.
Puede desorientarme
Y me pierdo.
Cuando te das vuelta
Y siento tu pelo
En mi rostro,
Rozándome,
Mientras te abrazo
Y me apego a ti,
Y me aprietas la mano.
Tus pies.
Abrigarme,
En tus cálidos pies.
En una noche helada
Convierte este sentimiento
En algo más allá
De las palabras;
Y no puedo evitar
Decirte eso,
Eso que sólo tú conoces.
Y no puedo evitar
Realizar aquel gesto,
El gesto,
De mirarte a los ojos,
Sostenerte ambas manos
Una de cada lado
Posarme sobre ti
Y susurrarte al oído
Eso que tanto te gusta.
Tus pechos.
Tus suaves y blandos
Pechos.
Al rozarse con mi brazo
Cuando te abrazo
Convierten en ilusión
El tiempo y el espacio,
Y al tocarlos.
Con mi mano
Mientras tú tocas la mía,
Nace entre nosotros
Un arcoíris
Resplandeciente,
Que desvanece
Todas las sombras
Que nos separan,
Y podemos finalmente
Llevar a cabo
Aquel ritual
En el que nuestros espíritus
Se funden en uno solo
Y nuestra libertad,
Florece.