“Definir tu sabor en mi boca,/ no es cosa fácil, por Dios./ Tu desnudez me cautiva, me provoca/ y enciende el fuego que nos quema a los dos”.
…a vida, la que amándote siempre vivo;
a luz, que en mi alma alumbra día a día.
Me sabes a poema, el que ahora escribo;
a sueño de amor y eres hoy mi fantasía.
Me sabes a aventura, a deseo de vivirla;
a piel que se eriza por sólo recordarme.
A verdad absoluta, que da gusto decirla,
a silencio imposible al no poder callarme.
Sabes a timidez, a deseo de que te cuide;
a sensualidad que se desborda en calma.
A beso, a caricia, mismos que tu boca pide;
me sabes al sentimiento que llena mi alma.
Me sabes a miedo cuando temo perderte,
a nervios, emoción cada vez que te llamo.
A realidad increíble, pues lo es el quererte
y de nuevo a verdad, al decirte que te amo.
Me sabes a tentación que no logro resistir,
a pasión que me atrapa y que no me deja.
A historia hermosa que Dios pide escribir,
a barco que llega a mi puerto y no se aleja.
Me sabes a lo más maravilloso… a mujer;
a hembra desnuda en mis brazos intacta.
A lo que es imposible… ¡pero puede ser!
a voz que al gemir me cautiva e impacta.
Me sabes a lo que sólo yo puedo saborear,
sabor que mi boca en tu ser tanto disfruta.
A lengua que en tus poros me hace delirar,
lamiendo tus caminos, bendiciendo la ruta.
Sabes a humedad, a un sol que por mí sale;
a poema de amor que con pasión se canta.
A este juego erótico en el que todo se vale,
sabes a lo que sabes y tu sabor me encanta.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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