La melancolía nos hará sus prisioneros,
dejará solamente gozar de los recuerdos,
ni una presencia, ni un te quiero.
Aflorarán abstractos los verbos
monosílabos preñados de misterio,
solo escombros quedarán del pensamiento.
Y, en su disparidad de entendimiento,
serán como el caos que entraña el Universo
que ajeno a quienes nos vamos yendo,
considera inútil el brote del arrepentimiento.
Degenerada la Tierra en vertedero,
en las alturas se cernirá retador un cielo
que ayer fue azul y hoy ceniciento.
Nubes negras arrastrarán los vientos,
cabezas aterradas escrutarán el firmamento,
serán borrados y olvidados los senderos
donde caminaron los hombres desde el nacimiento.
Pulverizáda será la vanidad de los espejos,
no habrá futuro, espejismo ni asidero
sino el laberinto oscuro del Averno.
D.A.C.
Carmen Campo-amor Lizarán