Ayer comprendí que te quería,
lo supe así sin razón/
solo abrí tu alma y miré mi corazón,
enjugado con lágrimas de tu alegría.
Lo supe por tu blanca aura,
que cubre el hermoso listón/
colgante de tu cabellera clara,
mágica y tierna ilusión.
Lo supe al mirar tus ojos,
que en silencio me llamaban,
y murmuraban celosos/
los labios que aún callaban.
Me faltaban las palabras,
para hablarte de mí/
solo las manos atadas,
de amor te escribían así.
¡Loco! -desventurado de amor-
es lo que soy para ti,
deja entregarte esta flor/
cultivada en tus labios carmesí.
Lo supe al caer la noche,
y a dormir me dirigía/
que era la mujer de anoche,
a quien mi corazón elegía.
Ayer comprendí que te quería,
lo supe así sin razón,
me lo dijo el alma y el corazón/
que sin tu amor yo no viviría.