¡BRUMMEL y CLARÍN, LOS DANDYS DEL SIGLO XXI AGONIZAN
EN LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS!
¡Guerra a la “V”!,! Guerra a la “R”!, ¡Guerra a la Hautoridat!
¡GUERRA! ¡guerra! ¡guerra! ¡guerra! ¡GUERRA!, guerra a
[todo y a todos,
a los patíbulos de la historia
y a La ictericia y balbuceo de mil polvos del histerismo de
[Dios,
de Jesús de Judas de Júpiter de Plutón.
Al tornarnos feos y biliosos como la verdad misma,
se torna ocre y desagradable
también EL todo sentido simbólico de la fuerza Y LA rabia
de la madre salvaje, guiso de vinos y bola del mundo, de la
[verdad.
¡Guerra a la \"S\"! ¡Guerra a la \"Z\"!, guerrra al invento,
¡guerra a las señales del Hombre!
¡Guerra! ¡guerra! ¡guerra!, ¡Muerte! ¡muerte! ¡muerte!,
¡Sexo! ¡sexo! ¡sexo!, a las costillas del metropolitano.
Por encima de las palancas del Continente
donde galopa la joroba fatal de los cuernos obligatorios
de la filosofía y la metáfora
¡levanto mi plumero de tinta!,
para escupir con estrellas, naciones, libros y campanarios
la altura de los grandes proyectos oceánicos y humildes de
[los pueblos,
la bestia peluda del animal inclinado con la maquinaria de
[las definiciones,
con el aperitivo de llanto y fuego, de fuego y llanto de la luna,
empuñando como un violín el Partenón de las razas,
lleno como un embudo en los vasos
negros de la naturaleza y el ARTE con los pañales
[amontonados
de los laboratorios de la Ciencia
y el vejestorio ¡cazuela de vieja ropa! de la vanguardia!, que
[eructo
como una epopeya,
como una epopeya del análisis sobre la lucha social.
A mis 30 años ¡YO, Ignacio Latorre! poseeré, una luz y un
[rostro
tan divino como una imagen dinámica de los gestos
[acumulados de la poesía.
¡Guerra a la “J”! ¡guerra a la “S”!
¡Guerra a los cementerios bíblicos!
A mis 30 años ¡YO, Ignacio Latorre! poseeré, una luz y un
[rostro
como una imagen dinámica y divina
de los gestos acumulados de la poesía, de las
quebradas en vértice de la vida Y los Museos Y las academias
y los Paraísos Perdidos
como un alarido de la maquina en el tremendo sueño del
[Hombre.
¡Golpeando! ¡golpeando! ¡golpeando!,
como un poeta con los guantes del devenir mundial.
En automóviles y patios clínicos.
¡Agonizando! ¡agonizando! ¡agonizando!
ahorcando el alma como una multitud de cuellos,
COMO los días cuando se caen de la cara de los VERDUGOS.
¡BRUMMEL y CLARÍN, LOS DANDYS DEL SIGLO XXI AGONIZAN
EN LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS!