Y... Tiembla la tierra bajo mis pies,
sacuden inclementes los recuerdos,
y relampaguean celosas las estrellas.
ante el brillo inextinguible de tus besos,
¡ven! a las cálidas delicias que esperan.
Todo quedó estático, estacionar del paisaje,
bahía azul, horizonte impenetrable, gaviotas,
los mares de olas danzando sus caracolas,
excitaron susurros torpedeando mis esferas,
y al calor de la pasión sin frenos fui a tu vera.
Fuegos candentes, cuerpos en la entrega,
sin límites vencieron las cadenas del tiempo.
bajo el manto de la noche y caricias ¡tiemblo!
sonar de trompetas, deleites de los vientos,
desde los cielos acuden celebrando la fiesta.
Así, emergiendo del centro de las tinieblas,
fui a hundirme al abismo de inefables miedos,
llenándome de gozo en las últimas quimeras,
al encuentro de dioses donde dejé mis pesares,
libre y desnuda a ofrendarme en sus altares.
Y cobijaron delicias de hombre, los calores,
hasta el despertar en la luz de los amores,
que nos hizo presos de la inevitable historia,
y... volaron las gaviotas lejos de los mares...
buscando esperanzas, dejaron la luna plateada,
junto al inmenso oleaje azul en la alborada.
Desde entonces espero, vuelvas a llenar mi barca,
del tesoro de tus besos y fugitivos versos del ocaso,
entre titilar de luciérnagas, navegando mis océanos,
haciendo de ti, el mas feliz mortal entre mis brazos,
¡amado furtivo!, ¿sabes que tiembla el recuerdo?
cuando evoco el pensamiento y huyo del fracaso.
Raquelinamor
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