Calla, no digas nada, deja que tus manos hablen por ti, dale la oportunidad a tus labios de descansar, déjalos descansar junto a los míos, cierra los ojos y piensa... En tu vida, en ti, en tus problemas y si después de todo te queda un momento libre, sin importar cuánto sea, piensa en mi, recuerda cómo nos conocimos, cómo fue nuestra primera pelea, la época de cartas largas y sentimentales, piensa cuando te dije por primera vez te amo, se que es raro, tu a lo lejos, separados por un montón de recuerdos y palabras efímeras, anhelando un reencuentro para apagar mi sed de verte, de sentirte, de tenerte.
Abre los ojos, nada ¿verdad?, aún el día es corto y la noche larga, tan larga... A lo lejos alguien ríe mientras aquí alguien llora.
Quizás estés con alguien. No lo dudo, ¿quién no te amaría? pon atención; cada vez que el día se marche y la noche florezca,posa tu mirada en el firmamento, mira es punto de luz, esa estrella que se posa erguida y presuntuoso al lado de la luna, ese seré yo, cuidando de ti, rezando por ti, suspirando por ti, habrá noches turbias donde no me verás, en ese caso pasarás tu mano en tus labios y ahí me tendrás porque como sabes ellos para mí son como un manantial en el desierto, no sabes cuánto los extraño, sé que es cursi, pero esa es la forma, desde mi distancia, que tengo para decirte que eres mía y que te amo.