Siento mi alma vacìa como una saca rota,
de zambullirme en las olas mi alma se alimentaba,
de correr a la orilla del mar y jugar con la gaviota
sonar mis cascanueces y cantar la melodìa, desafinaba
De hacer barquitos de papel y seguirle la trayectoria,
de deshojar margaritas y soñar con el prìncipe azul,
fue allì que empecè a perder el alma por euforia.
Cuando un cazador con su flecha lacero mi corazòn
los amigos,cual hermanos me dieron una bofetada,
y el cura escupiò mi cara y siguiò rezando como si nada.
Cuando los zombies materialistas matan niños y el mundo aullà
pierdo el alma,con el silencio con la indiferencia,
la soledad me invade en este mundo que solo se calla.