Hace mucho que me despedí de tí,
cuando tomando la última bocanada de aire
respiré tu inexistencia.
No existes...
Fue sólo el dibujo
de una nube con formas perfectas...
pero imposibles.
Fuiste masa flexible
que dejé olvidada en mi huida
y que humedecía con mis lágrimas
en cada regreso.
Fuiste mi empeño
de darle forma al aire,
una mentirita blanca
que se ennegreció repentinamente.
Ahora, no existe el retorno,
te libero y me libero
en esta ansiedad de encontrarme.
Caminante no hay camino...