Por tus pestañas
se filtraba el sol topacio,
cerraste los párpados
y los deseos quedaron atrapados.
Cayó la tarde naranja
sobre un mar de gemidos ahogados
y mis dedos de arena rozaron
tus médanos coronados
del más dulce color rosado,
y tus labios a ciegas buscaron
a los míos y se encontraron
como lenguas de fuego jugando
al me besas y te beso y nos besamos
y nos amamos y temblamos…
como el vuelo de la alondra en verano
sobre el valle de tu cuerpo acariciado
y el silbido del viento cantando
la canción que tan lejos nos ha llevado
y mi mano busco tu mano
como la marea al acantilado,
nuestros cuerpos se abrazaron,
trenzados, acurrucados,
un surco en las sábanas dejaron
olas como huellas de orgasmos encallados…
caverna húmeda, cuerpos succionados
por el sol topacio esta tarde
de párpados apretados…