Detén solo un paso, a la vida infeliz en la que existes,
para, solo un instante, a ver el reflejo de mis ojos,
escudriña en ellos la razón que me reviste
al descubrir en los tuyos, del brillo hermoso, sus despojos.
No puedes continuar esta vida en desventura
que te arrastra lentamente al infortunio,
empujándote, sin sentir a la locura,
empañar tu belleza cual luna en plenilunio.
Dale un giro al momento que te envuelve,
reflexiona en la relación que te atosiga,
rompe esa cadena -si hay alguien que resuelve
y ayuda- para que tu atrofia sentimental no siga.
No permitas ser pelele del destino
que por inexperta en sus redes te atrapó,
estás en tiempo de enderezar el buen camino
que a las cristalinas almas Dios les deparó.
Quiero enseñarte a ver la luz de un nuevo día
y que juntos caminemos esta vida asombrosa,
permíteme ser el hombre que al verte se arrodilla
y te idolatra desde que te conoció ¡mujer hermosa!
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN. MÉXICO, Enero 19/09