Con suspiros eternizaré lo que fue nuestro silencio,
un mar de pasiones desbordadas de flores y miel;
aun sigo nadando felizmente en tus tiernas caderas
porque no me doy cuenta cuando llegó el amanecer.
Con perfume voy a resguardar tu aroma de cielo,
un olor que me invade el cuerpo sin el aire tener;
cuando recuerdo verme envuelto en tu dulce estela
me pongo contento porque eres mi pomposa mujer.
Con polímero de caramelos me tatuaré tus besos,
uno a uno, despacio y profundo, por toda la piel,
serán la muestra de que eres apasionada hembra,
dejarán firme testimonio de que pudimos querer.
Así fue nuestra unión que mereció de Cupido esto:
nada mas, nada menos dos almas la noche vencer.