Érase lo creíble verdadero;
ahora es cuestionable
siendo en el amor.
Y si me preguntas,
en el pretexto
que te he ilustrado,
la duda de mis palabras
muestran de sesgo
que de mi amor no hay
verdades demostrables…
Que son fantasías reticentes
trastocadas de suspiros o
inspiradas en caricias
en la sutileza del sexo o
el éxtasis del verso.
Que, luego de amarte,
no queda otra cosa
que ¡¡huirle a la muerte!!
Otro objetivo es vano.
Nada más perfecto que
vivir el dulce torrente
naciente de tus labios…