Yo tenía estos versos reservados
Por si te marchabas sin avisar,
Pero ahora tengo los labios mojados
Sin bocas que los lleguen a secar.
Yo quería ser contigo o sin nada
Y la vida quiso dictaminar
La sentencia más dura en tu mirada.
Te marchas y no vuelves... Como el mar.
¡Locura que has venido para quedarte quieta,
Para darme el olvido teñido de ojalá!
¡Locura que no salva del martirio al poeta,
Que llega con el alba pero nunca se va!
Yo podría haberlo tenido todo
Pero siempre he preferido arriesgar
Aunque me viera tendido en el lodo
Herido aunque sin llagas que sanar.
Yo pedía escaparme de los miedos,
Cobijarme del frío en el solar.
Aún me queda nostalgia entre los dedos
Y una sed que nunca podré paliar.
¡Locura que has venido para quedarte quieta,
Para darme el olvido teñido de ojalá!
¡Locura que no salva del martirio al poeta,
Que llega con el alba pero nunca se va!