Anoche la llovizna fue feroz,
El cielo se caía con gran fuerza,
Las nubes se chocaban, cruel tormenta,
Veía con tristeza mi pasión;
Pensaba que la vida era dolor,
Lloraba tanta absurda inexperiencia,
Lloraba y aceptaba mi sentencia
Quedarme en la locura y sin amor;
El sueño me venció y me perdí
Desperté de repente, amanecer,
Un cielo como nunca, percibí,
Tan limpio y cristalino, ¡gran placer!
Y aquel fatal dolor que yo asentí
En fe y en esperanza, transformé…