Recuerdo tus consejos, tus empujes al liderazgo, tus gritos de animación fuera de la cancha que generaba confianza en mis decisiones.
Recuerdo tu cara ante cada derrota cuando se nos iba de las manos el ganar, recuerdo tus lagrimas de esfuerzo ante un juego difícil o una lesión que te impedía dar tu 100%, recuerdo tu desesperación cuando todo salía mal.
Recuerdo tus risas por el incontrolable nervio que un equipo contrario nos causaba, recuerdo tus ojos llenos de temor, de enojo, de desconfianza, de lucha, de compañerismo y de garra.
Recuerdo tu amistad fuera y dentro de la cancha, recuerdo dándome la mano al acertar y mucho mas al fallar brindándome apoyo.
Recuerdo las horas que pasamos juntas dentro de un entrenamiento que se convirtieron en días convirtiendo nuestra relación deportiva en una relación fraternal.
Te recuerdo a ti, a cada una de mis compañeras de equipo, a cada una de mis amigas y a cada gran persona que formo parte de mi equipo que me empujo a ser su líder de nuestra meta en común: el ganar y convertir un grupo a un equipo.
Las recuerdo como si fuera ayer, las extraño como el último juego que luchamos juntas, las pienso como mi equipo y las quiero como mi familia que ahora mismo está dispersa haciendo de su vida una vida ejemplar.
DeL MaR