Hoy recordé el día de mi boda, un 30 de agosto de 1997, decidimos casarnos por la iglesia,
no teníamos prisa, fue un día que elegimos, nuestros familiares y amigos nos acampañaron.
Salí con mis hijas, las dos pequeñashacia a salón de belleza, no supe cuánto tiempo paso,
pero al llegar a la iglesia todos tenían la cara larga,
y mi esposo me miro seriamente,
no sabía que ya habían pasado 40 minutos de lo que era la misa de la boda, pero aún el sacerdote nos casó,
hábia otra ceremonía después de la nuestra, y también estaban con sus caras largas.
Me comentó mi esposo que el sacerdote salió dos veces a preguntar que donde estaba la novia,
el le decía que no tardaba en llegar, la realidad fue que se paso el tiempo y luego en las calles había tráfico.
Llegue ajena a todo eso y mi padre me entregó al sacerdote y el a la vez a mi esposo.
En la marcha nupcial lloré, y sentí esa bendición que llega del cielo.
ahora recuerdo eso y mi esposo aún siente esa desesperación y agustía que sin querer le hice sentir.
Recuerdo que el sacerdote me dijo\" hiciste lo que todas las novias hacen, llegar tarde a su boda\"
a la vez sonreí y tome las manos de mi esposo para estar juntos en todos lo momentos de nuestra vida.