¡Ay amor ¡
Háblame despacito y quedamente
que el susurro de tu voz
acaricie mi frente.
Dibuja con tus pensamientos
estrellas en mi vientre…
Recorre mi espalda
y márcala con tus besos…
Envuelve mi cuerpo
con el hálito de tu aliento
y hazme sentir la tibieza
que llevas dentro.
Cuenta una a una las estrellas
para que la noche sea eterna…
Cuando nos sorprenda el alba
acariciando los sueños
nos abrazaremos en un sopor
a esperar que salga el sol
y dore nuestros anhelos
de un amor a perpetuidad…
En donde no exista el dolor
el tiempo ni la soledad.
Felina