Evandro Valladares

Ansias

Ansias

 

El aliento tibio que sonriente exhalas

es caricia libre, frenética y loca

que libera de mí deseo sus alas

para volar ligero a libar tu boca.

 

Y así en las primeras sombras de la noche

mi sed  es calmada en tu diáfana fuente

y  mis mil caricias en febril derroche

se enroscan en ti como ávida serpiente.

 

Y zumbando mi abejorro enardecido

vuela queriendo picar toda tu piel

y encontrándose tu cuerpo humedecido

queda cautivo en los pliegues de tu miel.

 

Y  la noche no permite que yo duerma

y  la luna se refugia en la laguna

el deseo no se abate ni se merma

y la hojarasca se vuelve nuestra cuna.

 

Esa noche se dan tantos embelesos

y  hay luminosos destellos en las nubes,

en el ambiente se da un olor a besos

y se oye un coro de angélicos querubes.