Para poder vivir elijo \"alivio\".
Esa es la palabra que me llevaría a una isla desierta.
Incluso antes que amor, elijo alivio.
Alivio sobre cualquier otra palabra,
Así visto parece que se me ha ido la olla.
Pero bueno, yo elijo alivio y punto.
Puro alivio: sensación de tranquilidad que me queda cuando mando que se mude
al carajo una preocupación, una molestia, un dolor, un sin vivir,
e incluso mi misma mala sombra.
Insisto. Que me lleguen penas,
si después; cuando tenga que llegar,
llega el alivio.
A lo largo de mi vida, cuando algo me hundió el vivir,
por cualquier camino inesperado,
llegó el alivio, y al tiempo, echó la confusión fuera de mi.
Sino de que... ¿sufrir por sufrir un vivir sin alivio?.
Y de repente, sin más llega el alivio y se lleva todo fuera.
Y con el alivio, a veces, llegan las lágrimas y limpian la visión.
Alivio y lágrimas que no me falten, del amor me encargo yo.
Lo dicho, entre todo lo elegible, elijo alivio,
no quiero que a mi vivir le falte alivio,
y quiero que cuando llegue a mi vida la tempestad,
y tras la tempestad, el sufrir y el silencio,
me llegue la calma del alivio.
Yo no quiero un sufrir por sufrir sin alivio.
Elijo alivio. Bendito alivio.