Pensar en ella es remontarse alto, no quedarse en el suelo, es sentir que el amor toca a tus puertas… mirándote por dentro.
La gracia del cielo tan solo es su silueta, su voz dulce y serena amansa mis rebeldes sentimientos como flauta encantada y brindando la ternura desprendida de su alma.
Sus ojos, de luna llena, calidos como sol y azules como el mar reflejan la bondad de su alma.
Su pelo es mecido dócilmente por el viento como el frondoso árbol donde acampa sereno el pensamiento tangible del artista.
Seguro estoy que dios también pensaba en mi cuando la hizo como en Adán con Eva y le puso esos labios de manzana para que fuera mío ese pecado.
PABEDIZ…