Me sumergí en tu laguna
Para conocer tus aguas;
No encontré corrientes arduas
Para mi buena fortuna.
Me invitaste a nadar
En lo profundo de ti;
Bello el fondo percibí
Cuando te pude bucear.
Entre coloridos peces
Que al bajar me acariciaban,
Mis temores ocultaban
Sus constantes lobregueces.
Hasta el fondo penetré
Ya sin temor y sin dudas
Toda tu extensa laguna...
¡Y a tu merced me quedé!