Carta al cielo para Raymundo, el mejor papá del mundo.
Han pasado pocos días desde que usted fue llamado por Dios, y que le pidió acompañarlo lejos de aquí, él así lo quiso, me cuesta comprenderlo.
Necesito fuerzas para mandar esta carta, que le escribo a usted, que está en el cielo. No sé cómo empezar, batallo no llorar.
Trato de asimilar lo que implica que se haya ido, pues en su ausencia deja un gran vació, y en lo personal una gran tristeza que no puedo evitar sentir, pues para mí siempre será un guía al cual seguir.
Sinceramente pensé que se recuperaría de su enfermedad, y que nos contaría esa experiencia en casa, aconsejándonos de cuidarnos (encantado estaría si hubiese sucedido), pero no pasó.
Me gustaría poder regresar el tiempo, hacerle saber tantas cosas, compartir más tiempo con usted, hacerle sentir más orgulloso de mí, darle un abrazo. Pero no puedo, físicamente no, pero lo haré, encontraré el modo, lo prometo.
Sé que desde el cielo nos está cuidando, guiando como siempre por buen camino. Y también sé qué está bien en donde está, pues se encuentra con sus padres, y que a pesar de la distancia en la que se encuentra de aquí, no nos dejará solos, siempre estará en los momentos que queramos compartir con usted (estoy seguro).
Se encuentra muy presente en las cosas que hago, siento que me está mirando, que me está acompañando en las cosas en la cual ocupo su ayuda, siempre está ahí, puedo sentir su presencia, hasta puedo escuchar su voz si así lo deseo. Hay muchas cosas que me gustaría compartirle, pues siempre me escuchas con atención, muestras tu interés, y me das una solución o una recomendación, me facilitas el camino a seguir, me facilitas cumplir mis sueños, a lo que en verdad disfruto hacer. Participas en tantas cosas que me dan felicidad, de las cuales le estaré agradecido y de las que me sentiré orgulloso siempre, por eso nunca voy a olvidarlo, y siempre vivirá en mi memoria. Siempre estará conmigo, como pilar de fuerza, como un buen ejemplo, como un buen amigo, como el mejor papá. Le doy muchas gracias a dios por haberlo puesto en mi camino. Te quiero mucho, y esté en donde esté, le mando esta carta, que le llegue hasta el cielo (le agradezco a dios por ello).
Nos vemos.
De Marco Medina Astorga.