Milena Bossio

EL TIEMPO QUE PERDIMOS...

Estoy sentada bajo las sombras de mi llanto y sobre las sombras del recuerdo herido, efímero el destino mío e implacable nuestras almas y este amor que grita a ríos, solemne y callada me acompaña el alma, despejada de aquella matriz donde nos metimos.

Ya no hay agua en mi desierto, ya no hay rastros de aquel frío, mis sombras van sin forma… mi llanto está vacío, aquel estío pronto ha de terminar, las golondrinas que adornaban este nido ya se marcharán…

Pero los recuerdos siguen siendo eternos, más eternos que el tiempo, más eterno que el paisaje que pintamos un viejo día de solsticio… no todo está predestinado entre tu tierra y la mía.


De nuevo voy sintiendo como brota una raíz conmigo, asfaltando nuestros tiempos, segregando mí destino… y mientras se va formando este raigón enfurecido, seguiré esperando aquellos días que perdimos… Entre las sombras de tu llanto y del mío, entre las sombras de tu ausencia y de este su trivial castigo.

Y así permaneceré en tu mundo, sin que me recuerdes… sin que nos recuerden. Pero tengo la certeza de que mañana habrá florecido un nuevo día… aquel que se fue regando firmemente, bajo las sombras de mi llanto y sobre las sombras del recuerdo herido.