¿Adónde irán las inapelables imperfecciones de amor
sujetas a una voluntad altamente extasiada
que adjuntan flechas de punta emponzoñada,
se clavarán éstas en otro incauto corazón?.
Los sentidos que agudiza la fascinación
y el fuego de las promesas fatuas
que otrora construyeron ardientes palabras,
dejan heridas que debiera negar la razón.
Pero las impregnará para siempre el sabor
de un trago helado en la garganta,
en una pirámide de reminiscéncias enmarañadas,
de néctares, acres y punzante dolor.
A solas, sin el tú, únicamente el yo,
la consciencia es absoluta, asoláda,
la barbarie de mentiras tercamente negadas
seguirá rotando a instancias de su propagador.
M.D.A.C. (Campoamor)