Mi curriculum legal es una pistola cargada contra mí,
un descenso al chino que he llevado dentro de mí,
deseando sacrificarse junto a su gran número de chinos suspensos.
Los benefactores de la humanidad,
Ay hermanos,
los benefactores de la humanidad,
A veces se confunden con los los empresarios, con los licenciados… hasta con los sabios.
a los que les llega mi curriculum ,
cuando se rascan los cojones.
En cada empresa en que he estado,
es como haber vivido soñando,
alucinando recogiendo cascotes,
y arrastrando una carretilla.
Cada mañana,
después de echar la papilla antes de partir,
siempre con la misma sensación de ensoñación, de incredulidad.
Una vez aparque mi carretilla,
junto un tipo alucinante,
que llevaba 20 años en el mismo sitio,
y sabia de ese lugar todo.
Su mirada perdida,
estaba más allá de la pared llena de polvo del atomizador que tenía enfrente.
¿ que hago aquí maestro? Le pregunté.
No lo se- me respondió sin mirarme mi oráculo.
Entonces salí por la puerta con la carretilla y no volví.
Vague un año y un día ,
como un vegetal parasitario,
sufriendo el desprecio y amenazas de la sociedad,
hasta que me anime a hacer una segunda entrevista.
Allí me preguntaron si me consideraba una persona responsable.
Yo entonces me encontraba muy enfermo y degenerado.
Les dije que Sí,
Y se me abrieron las puertas,
que no tardaron en cerrarse,
cuando decidí vivir con orgullo.
Mi consejo moral amigos:
No olvidéis aplastar a los chinos,
y que una muerte a tiempo evita muchos males peores.
Angelillo de Uixó.