Daniel De Jesus Perez Garcia

RECOSTADO

Tengo los ojos rojos 

y los bolsillos vacíos.

A la mitad de un mar transparente

yacen los ecos desangrados.

Terrible instante en que la muerte 

me acaricia las alas.

En una porción de noche ocultan las nubes 

su aterciopelado sexo. Largas cabelleras que 

deambulan invisibles.

Una lagrima es un silencio

distorcionando las sonrisas.

El nectar venenoso de las heridas 

resulta delicioso sobre la mesa.

A un costado del corazón

la luz se refugia adolorida. A cruzado la 

isla desnuda y solitaria.

Ahora se que soñar equivale a mentir

solo que la víctima muere al amanecer.