Alexander Cambero

El Cielo en tus Brazos...

Encuentro mi cielo entre tus brazos. Tus besos son como delicias del paraíso soñado. La feliz coincidencia entre un amor inacabable y la mujer que rige el destino de mi corazón. Escucho el concierto nupcial de los grillos. Un enamorado desgarra sus notas desde su mundo de hierbas secas, ella seguramente emocionada espera en las inmediaciones del lago. Trato de imaginar si son felices cómo nosotros, de pronto se hace silencio y se dibuja tu sonrisa; es el regalo más grande de esta vida. Entre la oscuridad tu eres la luz de este amor que sin remilgos va a tu encuentro. Hembra anhelada, pasión desbordante que llenas las venas de besos. Te he querido aún sin conocerte. Desde niño te imaginaba vestida de fuego, iluminada por las refulgentes luminarias de tu cuerpo de sirena. Oh, océano de mis ganas que la has traído hasta mi puerto, entre veleros de pasos descalzos te esperé. Cada madrugaba miraba en vano hasta que las olas te transportaron para siempre. Embrujo de un amor que no muere. Te llevo muy adentro de mi alma, no existe instante en el cual este corazón no lo ofrende a ti; la única mujer que hace que vuele por los confines del universo. El gran amor que desgarra mi alma. Escribo sobre tu piel mojada. La blanca arena de tu playa infinita es mi cuaderno imaginario. Observo tu océano pleno de desnudez. Tu cuerpo es hermoso como los interminables arrecifes coralinos. Silueta que descansa en ese mar de aguas azules con tu cabello de cardumen de peces dorados. Eres la más hermosa de las mujeres, la razón para volver a creer en el amor verdadero. Seguiré detrás de tus pasos en la arena. Señales que conducen al paraíso, camino descubriéndote en cada sendero en donde la belleza colocó su sello. Tú simbolizas el sueño de las palabras, la ilusión de quedarte sembrada para siempre dentro de mí…