Quiero gritar mis versos
sin que la voz se quiebre,
sin que impertinentes lágrimas
inunden mis pupilas,
versos que irrumpen de repente
ahogando el sentimiento
en que me refugio a veces,
no sé qué tono de voz usar
para que no tiemble conmigo
sin quebrarme al decirlos,
por más que los repito
con gran fervor de poeta,
son ajenos a mi… y he de llorarlos yo.
Una voz fuerte necesito
que declame mis versos,
quizás la de un ruiseñor
que sea trueno en la noche
o la voz del viento estrujante,
la voz de un jilguero llorando
porque haya perdido su amor,
el sonido del agua de una fuente
resbalando en su cantera,
necesito la voz más bonita,
la más profunda y sentida
llena de pasiones infinitas
que trastornen los cuerpos,
que sea oquedad de flor
de invierno y primavera,
una voz dulce y aguerrida,
que se quede a mi pasión
prendida, una voz necesito…
que cante mis versos
a una sola voz
de sentimientos llena
y de locura envuelta.