Nos queda la ironía en el redil
Para satirizar cerdos ociosos
Que se la machacan como un mandril...
Mi humor es ácido, ¡perdón, canosos!
Mi arte es para los jóvenes artistas,
¡Márchate, atleta, vividor prudente!
Mi arte es para borrachos, comunistas,
Para todo aquel libre e irreverente.
Soy ácrata, apátrida, ¡Puta España!
Ateo, cándido y republicano,
Y aún así me río de Marx, de Azaña...
Yo soy mi gobernante soberano.
Tan de la izquierda revolucionaria
Que me odiaría hasta la Unión Soviética.
Tengo talento: un arma sanguinaria
Compresa entre la sátira y la ética.
Cambiaría el verso por el fusil
Para agujerear cerdos ascetas
Que se la machacan como un mandril...
Mi humor es ácido... ¡Perdón, poetas,
Pero yo no seré como vosotros,
Yo no soy poeta, soy yo, entretanto
Cabalgo tan libre como los potros
Y satirizo cuanto veo y canto!