Esos pesares y lamentos en las noches de desvelo
me llevan a creerme infeliz, aunque no sea así.
Nos creemos miserables para darle un poco
mas de significado unas vidas rutinarias y monótonas.
Mirando Alrededor y pensando si esto era lo que queríamos para nosotros
no era como de niños, una familia y hijos
era aun peor.
Solo queda la aceptación y un par de lágrimas sobre la almohada.