Porque pienso si,
en todos los detalles
que rodea mi vida cotidiana.
Porque pienso en ese sol
que sale todas las mañanas
y cuando nos falte su luz
¿me la podrás dar tú?
Pienso que no quiero perder
ni un solo instante en saber
lo que amé,
lo que en el camino dejé.
Lo que pude haber amado antes.
Pienso en el ahora,
que mis ganas lo demora,
porque lo hago lejano.
Pero eres ese calor,
que incrustado llevamos
en nuestras manos,
porque el regocijo se aclimata
dentro de cualquier minuto
que te da la vida.
Y uno a veces
por insensato lo mata.
Yo quiero sentir
los minutos que se avecinan,
como esas flores de mayo
que nacen
en mi jardín...
que también nazcan
en cualquier esquina.
Porque el hecho es
nacer todos los días
y a la vida agradecer
cuánto tenemos.
Un ramo de flores
que recogemos
y que podamos regalar…
¡dando gracias al amar!
Es poder siempre
mirar la vida
como todo lo engrandece
y que nunca el amor culmine,
¡qué germine como cipreses,
y con el brillo de su luz nos ilumine!