Poema que surge lentamente
ante tu despedida,
cuando la palabra parece perdida
y se me hace difícil entenderte.
Mis sueños serán panoramas vacíos
y sin tener un presente que llegue a ti
como en días pasados.
Me tragaré mi silencio en un pasaje
de mi historia que te he contado.
En miles de palabras que he escrito
para que llegue como un universo claro
donde el verbo está intacto y es sagrado
proviniendo de nuestro cielo bendito.
En mis palabras que ligeras
llevan en su andar de gaviota
que vuela y revuela
tocando puertas para sentir
el sonido de la tuya cuando la toca
y tú puedas abrir con palabras cálidas
que lleguen a mi existir
y surgen frases del amigo que veo venir.
Cabalgando en mil versos de amor,
en un ramo de flor,
en un soneto bien compuesto,
en una estrofa que me rompe el alma,
en un párrafo que invade mi calma.
En un verso que lacera mis huesos.
Tu voz ha sonado en miles de fibras
las más apasionadas dentro de mí
y me serviré de tus anhelos
que invento en mis juegos con mariposas
de color carmesí.
Tu persona ha traído a mi
el juego esplendoroso del sabor al aroma
y el delicioso placer de aprender
a querer lo bello que encontré en tu persona.
En cada poema llevaré el emblema
que me llevará a tu mente.
Siente como yo e invéntame cualquier tema.
Volaré entre tus partículas de vida
y entre las alas de tu despedida,
en la sílaba más elocuente
permaneceré escondida.