Franz Talithier

Y tu dices que los muertos no viven

Y tu dices que los muertos no viven

 

 

Cae el sol:

la luna nace

y silva intranquila.

 

Te crees muerto

salvo tu cara

con su sonrisa esbelta

 

Secas las hojas

y seco tu vientre;

lo mismo caes entre algodones.

 

El hijo del hombre

mira ahora el cielo;

su cuello en la tierra.

 

La fábula sigue,

sigue el crepúsculo

si tu lo encuentras.

 

Ama por amar

que sin razón

no agobia tanto.

 

Tu oda sin titulo

que todos cantan

y pocos escuchan.

 

Te vas;

siento tu cuerpo en

sondas fulgurantes.

 

Triste tu alma

sin esas almas

con las que no volará.