Pablo Olenas

¡Que sea!

Y, cada día al levantarme
desabrocho mi cintura,
desabotono mis ansias
y me dedico amarte
a través de la distancia

 

¡Oh, cómo gime tu garganta,
al pasar por mis deseos!

 

Tu voz,
tu voz ardiente de jilguero,
complaciente de arena blanca,
satisface mis delicias,
y me pierde en este oasis,
de infierno perpetuo

 

Y dices que ¿es solo deseo?
porque te huelo amor mío
sucumbiendo al compás del
todo, y, la noche se disuelve
recostada en mi almohada
al pensarte en mi piel canela
ahogándome en tus aguas

 

¡Por amarte, que no daría,
por tomarte elixir sanador
de esta mía enfermedad!

 

¡Ah, si mis manos te posaran,
ah, si este calor en ti reinara!
¡Eres todo y más de lo quiero,
lo que anhelan mis costuras,
e inflaman mi morada!

 

¡Entonces,
que sean deseos amor mío,
que sea locura alborotada,
que sea pasión, que sea vida,
sólo que sea!