Llegó de súbito a un mundo extraño
donde habían volantines y helados de fresa
pero también muecas amargas en el viento
y seres recogiendo migajas en los desiertos silenciosos.
Pero ella aún no lo sabía.
Encontró a un padre dulce e ingenioso
que reía y saltaba y a veces lloraba oculto
y que le construyó un techo cálido y firme
a los piés de la amable Cordillera de los Andes.
Una madre laboriosa cual mariposa en primavera
la alimentaba con su tibia leche dulce y poderosa
siempre sonriendo en los crepúsculos infinitos
cantándole canciones de ángeles de la guarda.
.
Vivió el desastre de su hermoso planeta
una fría noche de invierno
en que la madre y el padre olvidaron la palabra amor
para recoger con ira la palabra sinamor
y usarla como arma cotidiana entre ellos
haciendo desaparecer para siempre
ángeles cantos sonrisas volantines y helados de fresa.
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Ahora la veo escalando montañas ajenas
cruzando puentes y océanos secretos
donde gente recoje migajas en los desiertos.
En ocasiones hay muecas de amargura en sus ojos
que yo tanto quisiera poder borrar.
Y también sonrisas secretas en su alma
que tanto necesito compartir.
.
Arte visual: Ian Welden.