El ciego de mi barrio vende cupones,
camina por la acera sin tropezones;
puro en la comisura siempre en los labios,
amarrado a sospechas mas sin resabios.
El ciego de mi barrio tiene el sentido
del espacio y el tiempo muy bien medido:
hay quien dice que él ve, que eso es mentira
para vender es treta de alguna tira.
El ciego de mi barrio, inteligente
aunque no ve, conoce mucho a la gente;
a su cerebro adorna un sexto sentido
dando gracias a dios de haber nacido.
El ciego de mi barrio nunca da premios
no sabe de lisonjas y ni de apremios,
mas conoce muy bien lo que les gusta
y a la vida agradece aunque sea injusta.
Su bastón es su vida, su compañero
siempre va por delante, siempre el primero,
a cualquier imprevisto lanza su alerta
y sin saber por qué siempre él acierta.
El ciego de mi barrio vende cupones
pues conoce al dedillo las ilusiones.
©donaciano bueno
http://www.donacianobueno.com/