somos una misma familia,
no importa de que país venimos,
del mismo modo nacimos,
y a todos nos asalta la vigilia.
Todos somos personas
que anhelan paz y consuelo,
y así bajo el mismo suelo,
nos asaltan las hormonas.
Si pues todos somos hermanos,
¿Para que las distinciones?
Si todos un día nos vamos,
¿Para qué, las presunciones?
Autor:Bernardo Arzate