Te sigo pensando
en el ansia de los besos,
en las esencias de mi boca,
cuando la mente despierta
sobre la hojas en blanco,
cuando se posa el alma
en la mano temblorosa,
cuando mi tibia sangre
recorre veloz mis venas,
te pienso en los versos
que describen la herida
de este amor perdido
que al paso del tiempo
se encuentra rendido,
de tanto buscarte y
tanto esperar que regreses,
te seguiré pensando
cuando la muerte
me lleve contigo,
cuando el último aliento
de mi alma vaya al viento,
ahora, esta noche,
me envuelve un halo
de melancolía, de tristeza,
en un verbo que gime
oculto en mi boca,
que se adhiere a mi entraña
y desboca mi mente loca,
pensando que me amas
o quizás nunca me amaste,
te pienso en las palabras
que se entrelazan por llamarte mía,
por sentir que aún eres mi amada,
cuando yo te pienso,
aún, en la ausencia tuya,
mis labios y cuerpo
tiemblan incontrolables,
aunque sé que eres engaño
que a mi mente toca
franqueo tu recuerdo;
pues, a nadie le importa,
y tampoco lo daño;
ya dormido, la razón
susurra en mi oído,
eso que me inspira
a escribirte cada día
aun siendo un fantasma furtivo
que me visita en mi cama
y deja un beso en mi boca.