Hay lluvia en tus ojos
y en lienzo carmesí
letras se desmoronan.
Fríos suspiros se escapan,
¡vienen de tu cuerpo!.
Pesares que,
con los míos
oscurecen el universo.
En mi éxtasis
infinitas estrellas doloridas.
¡Casi todas!
Las miro en la noche;
en noche de verano
en que arribas a mis llantos.
Al alejarte de mí,
mi playa, mi cielo
sólo un lucero me acompaña,
en silencio,
no de noche, de día.
Es el sol... y es negro.