DE LOS NERVIOS A LA TRANQUILIDAD
Autor: Eduardo Carreño L.
Ansiosa te sientes,
te miro y capto aquellos nervios
que en tono preventivo te ruborizan,
no dices nada…
Temblorosa tocas mis manos,
quieres aferrarte
buscando intensamente
el desafío misterioso,
en el que el velo se corre
y tu rostro logra verse,
inocente, pura,
con las virtudes expresivas de tu ser
y llegas a mí, cautiva.
Hermosa, como joya expuesta
tras místicos cristales
aparece la luz de tus ojos
marcando ternura compasiva
y a la vez esa belleza desnuda
que sutilmente evidencias,
haciendo historias divinas
en un escenario novel,
te reflejas aquí, tan viva…
Como una hoja caída
en aquella posa dejada por la lluvia,
ya no sientes el frío
y es que este contacto naciente,
marca la confianza que te produce
el calor de mis manos,
te acuno tiernamente,
escapan lealmente tus nervios,
te sientes segura, tranquila…
El velo ha caído,
se ha esfumado aquel temblor sencillo,
siente mi abrazo cálido,
¿ sabes?, yo también tiritaba,
eran mis nervios preventivos,
hasta antes que llegaras,
te has arriesgado a conocerme,
las puertas se abren,
bienvenida…