Hoy te digo adiós sinceramente,
y esta vez va en serio,
ya no quiero soñarte en las noches
en que no llega Morfeo.
Hoy me dispongo a olvidarte,
a dejar de amar como niño,
quiero salir de las garras de la muerte
en que me dejaste sumergido.
Voy a dejar de hablarte,
para realizar lo que tanto quiero,
voy a resurgir de las cenizas,
y a refugiarme en otro nido.
Soy, lo que sin querer aniquilaste,
me voy tranquilo corazón,
de esta batalla no conseguí nada,
más que un corazón partido
y una pasión que desato en olvido.