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A LA IMPERIAL Y MUY NOBLE, CIUDAD DE LEÓN...

Insólita... y diamantina ciudad,

de belleza coronada...

te deshaces muy despacio

entre ríos escarchados

de compulsiva nostalgia,

zaherida en tus olvidos...

pálida... y apasionadamente

de hermosa rosa temprana,

 

la bella e imperial León

en su atalaya se levanta...

entre palacios modernistas

y hermosas casas labradas,

herida en sus sillares...

de recia piedra gastada,

 

¡Oh... hermosa ciudad,

de medievales azañas...!

por tus calles late despacio,

el impúdico pulso de la historia

entre ingrávidas semblanzas...

 

¡Quién pudiera cantar,

amada mía...

tu grandiosa beldad coronada,

bendecida de cariño...

y de combativa fiereza...!

 

el río Bernesga te lacera

en su pronunciada molicie

bañándote muy despacio

entre fría agua escarchada,

deshaciéndose pálidamente

de milenarios trabajos...

entre caricias compungidas

y agostadas fragancias,

 

y entre tiernos arrullos

se estremece el río Torío,

asaetando de ambrosía...

la enardecida comparsa,

y adornando muy impúdicamente

la fría estepa legionense,

de inmisericordes jaleas...

y apasionada añoranza,

 

¡Oh León...

tu eres de la reconquista,

divinizada fontana...!

 

y la fiereza te ennoblece

entre mil hojas desgastadas

de milenarios espinos...

lacerando pletóricamente

tu anacarado pensamiento,

de ambarinas soledades...

y compungidos olvidos.

 

 

 

 

 

AUTOR: JOSÉ A. PANIAGUA MARTÍNEZ.