EL CABALLERO DE LAS LETRAS

LA TRAICION

Y fue ahí, no en segundos, no en minutos;

fue un instante no cualquiera.

Te tuve oh! ninfa de todas las fuentes veneradas.

En el velo de dalia, en ese entonces,

eras de mi posesión tridente del placer.

 

Y en ese entonces, llego el celaje oscuro 

que eclipso el panteón de las pasiones.

Era el, era el y tu con desparpajo fuiste desbocada a su encuentro.

Traición, me vi crucificado en la frente de Caín;

naufragando en el barco de Caronte.

 

Pude haber destilado tu sangre pura

entre mis labios, estrujar el escote, saborear y consumirte.

Mientras sentía repartir mis entrañas en un banquete eterno,

y gotear el frío vapor del crepúsculo en el dolor

que dejo tu rastro en cada yaga. 

 

 

 

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