Te amo ilógicamente, sin credo, sin nada y con todo;
te amo así, salvaje, sin naturaleza del amor;
te amo distante y cercano,
en la seguridad de mi incertidumbre;
te amo en la metafísica de mis pesares,
donde dios es comprensible en ti,
te amo en la razón de la locura,
en el verbo obstinado,
en la incoherencia de mi lógica;
te amo así de simple,
con la conspiración de la decepción,
te amo en lo irregular de mi pecho;
te amo así, enredado, incomprensible, trastornado;
te amo en el cosmos de mis suspiros,
en la ciencia de mi desorden,
en lo mágico de mis sueños;
te amo así, en la hipnosis de la vida,
en la superficie de lo mas profundo;
te amo en todo, en el silencio,
en la mística;
te amo hasta en el final de estos versos,
en el cielo de tu mirada,
en el infierno de tu paraíso;
te amo con este corazón que sufre de locura,
que no piensa, que no late, pero que ama;
en consecuencia... hasta yo no sé porque te amo,
te amo por que sí,
porque no entiendo por qué te amo,
por eso te amo.